martes, 20 de noviembre de 2007

Huellas

Hoy me han preguntado qué espero de la vida, para qué creo que estoy aquí. Ufffff, llevo tantos años dándole vueltas a lo mismo...
Espero no limitarme a dejar pasar el tiempo. Disfrutar con lo que hago pero también dejar alguna huella, alguna semilla. pero ¿cuál?. No sé si me bastará con un trabajo bien hecho.
En el fondo, creo que lo que quiero es dejar un recuerdo. Sí, aunque parezca estúpido, porque de las huellas que uno deja no puede disfrutar. Pero... soy así de...
El recuerdo de un párrafo grato para un lector (de un artículo, de un cuento o, puestos a soñar a lo grande, de un libro). Que unos ojos vuelvan a detenerse en mis palabras cuando el tiempo haya borrado mi nombre.
Pero, sobre todo, creo que lo que anhelo es dejar huella en los sentimientos, en las personas. Que pasen los meses y los años y que alguien sea capaz de esbozar una sonrisa al pensar en mí.
Hoy he pensado en la gente que recuerdo, en lo hermoso que es que cada día pueda haber alguien en alguna parte del mundo capaz de volver a oír su voz, de reír al recordar su risa, de rememorar momentos compartidos.
Pero también he pensado que no hay nada más triste que quedar en el olvido, que nadie piense más en uno. En la vacuidad que representa llegar al final y que ninguno vuelva pronunciar tu nombre, ni en voz alta ni en silencio.
Hoy he llorado por los que he olvidado. Y he recordado mi angustia de hace cuatro años, cuando lo que más me preocupaba era si alguien se acordaría de mí.
Sí, creo que lo que quiero es dejar huella, pero personal.

2 comentarios:

Palaroide dijo...

No sé si te vale pero... yo me acuerdo de ti muchas veces. Me acuerdo de lo que me enseñaste. Me acuerdo de las risas en la ofi.
No sé si algun dia vas a cambiar el mundo, pero sin duda has cambiado y dejado heulla en una aparte de mi pequeno mundo.
Te admiro por tu fuerza.

Stirga dijo...

Jooo, muchas gracias!!!

La verdad es que me has dado una pequeña lección. Me pongo trascendental, mirando al futuro, al largo plazo... y no me paro en los detalles del presente, que son los importantes, los que se comparten, los que se disfrutan, los que se viven.

Pequeña no: gran lección, sí señor.

Y gracias, muchas gracias. Siempre hemos tenido una relación muy especial, desde la primera conversación en la que sentimos que de ahí iba a salir algo bueno. Trabajar contigo ha sido fantástico, por eso sigo buscándote, y seguiré haciéndolo, hasta que podamos repetir.

Y seguir en contacto, a pesar de los kilómetros, las fronteras, las prisas... es aún más importante.

Mil besos con sabor a fado y brisa del Atlántico