viernes, 19 de febrero de 2010

Los cambios

Cuando empecé en esto de la blogosfera había ya voces que decían que como todo sería algo pasajero. Y yo pensaba que no, que cómo iban a ser pasajeros los blogs... ahora, unos cuantos años después, tengo que darles algo de razón (algo, que no toda).
Y es que no son sólo las estadísticas que dicen que muchos lectores -y autores- de blogs se dedican ahora a otras cosas (sobre todo los más jóvenes). También yo he notado un gran cambio en mis hábitos. Sigo leyendo blogs, sí, pero de otro tipo. Llevo sin escribir siglos en éste, tengo medio abandonados los más profesionales, y dedico mucho más tiempo a otras cosas (sí, yo también he caído bajo el influjo de twitter).
Pero creo, más bien, que es una cuestión de prioridades, de momentos en la vida y, también de falta de tiempo fruto de la pluriactividad. Hay épocas en las que destinas más horas a disfrutar y compartir tus impresiones personales, hay otras en las que le das más cancha al aprendizaje y el intercambio profesional. Y cuantos más medios, más herramientas descubres, más quieres explorarlas y sacarles todo el jugo. Al final, las horas del día son las que son y, entre tantas opciones, tienes que seleccionar a qué las dedicas.
A veces pienso que hacemos demasiadas cosas, vamos con demasiadas prisas... otras que quiero más horas, más minutos, más segundos, que hay demasiado por explorar, experimentar y vivir y que me estoy quedando atrás: llego a un porcentaje mínimo de todo lo que quiesiera leer, escribir, escuchar, ver, probar, sentir....
Ansiedad, al final acabo con ansiedad y tengo que salir a dar un paseo, levantar la vista, mirar las nubes y dejar que el silencio me envuelva mientras intento vaciar la mente de esos pequeños mensajes que me recuerdan que tengo abandonada Stirga, que no he llamado a alguien, que debería estudiarme el libro que me bajé ayer, que me quedan mails por contestar, que hace siglos que no subo a la sierra, que ya no recuerdo cuándo fue la última vez que me tomé una copa, que de dónde voy a sacar el tiempo para ir a Mali, que debería hacer una nueva ronda de contacto con los "contacto" (valga la redundancia) de interés profesional....
Silencio, que el silencio me envuelva, que mi vista se pierda entre las nubes, que los cambios no son malos, que los buenos hábitos pueden no perderse... como prueba, hoy: pensando en cerrar esta página de forma definitiva, me he puesto a escribir de nuevo, sin pensar, sin revisar (y qué buen efecto tiene, como siempre).