viernes, 10 de julio de 2009

Vuelvo (o eso espero)

Hoy he dedicado un rato a leer algunos de mis blogs favoritos (a los que, lo reconozco, he tenido un poco abandonados últimamente) y he sentido pesar y hasta un poco de vergüenza por haber abandonado la sana costumbre de escribir aquí y visitar a diario las página personales que tanto me gustan.
Llevo un año muy centrada en esto de la web 2.0 pero en el aspecto más profesional. Sólo he escrito -y mucho- en los blogs de trabajo, en las redes sociales, en páginas sobre comunicación... He buscado documentación, he hecho cursos, he aprendido y compartido muchísimo, en todas partes menos aquí.
He dejado de lado el aspecto más íntimo de Stirga y las bitácoras que le gustan. Y me gustaría dar una vuelta de tuerca para sacar el tiempo necesario para seguir alimentando esta página en la que sólo lo personal importa y la que, a la postre, me devolvió muchas ilusiones y pasiones.
Vuelvo con ganas -y espero seguir-.

jueves, 8 de enero de 2009

La huida de las musas

Me regaña Nacho, y con razón, porque tengo desactualizado el blog.
Pero no es abandono, qué va. Si muchos días entro, selecciono la pestaña de creación de entradas, me coloco bien delante del teclado: espalda recta, mirada fija en la pantalla, dedos en sus puestos de salida y.... nada, que la inspiración me evade una y otra vez. Diez yemas acarician las teclas, las rozan y rozan y rozan ... (así se me borran las letras) pero son incapaces de presionar. Y lo mismo que los caracteres van desapareciendo de los cuadraditos de plástico, se van diluyendo en mi mente.
Podría escribir palabras, sí, pero como en un ejercicio de mecanografía, no sería más que una sucesión de vocablos sin relación entre sí, sin sentido, nada que ver con contar una historia, un sentimiento, una sensación. Sería como un manual de idiomas, lleno de frases huecas, huérfanas e inconexas. Sin corazón.
Mis musas han huido, no sé si a parajes más cálidos (aunque a mí nunca me ha molestado el frío), si a tierras lejanas, si a escondites perdidos... el caso es que me han dejado muda, desmadejada, sin fuerzas para presionar las teclas y rellenar ese lienzo blanco que tengo en la pantalla.
Pero sé que regresarán, por eso aunque me preocupa su silencio, no me angustia. Sé que volveré a actualizar este blog y a escribir muchas más cosas.
Sólo espero que Nacho y los lectores tengan un poquito de paciencia.