lunes, 10 de septiembre de 2007

Ahí sigues tú

Limpia esos ojos de tristeza y dales la luz, la luz del futuro, de la vida y de la esperanza.

No te recojas, no te cobijes, sal alguna noche a la ventana y grítale al embrujo de la oscuridad que ahí estás tú; con tus penas y con tus triunfos, con tu mirada clavada en un tiempo que no existe y con esa tu sonrisa gris azul.

Ahí sigues tú y ahí seguirás, porque no queda nada más y porque no hay nada más.

La vida se disfraza de pasado, el amigo se para en el recuerdo y, en el fondo, en tu fondo, sólo te quedas tú.

Esbózate un nuevo sentir y disfruta del calor que llevas dentro.

Manuel M.

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