miércoles, 6 de agosto de 2008

Secretos regados con champagne

Hoy voy a dedicar un post, que es algo que no suelo hacer, pero algunos de mis duendes se lo merecen.
Nacho es uno de los que me escuchan con paciencia, me hacen reír, me hablan en confianza, me muestran sus dudas, miedos e ilusiones, me cuentan sus proyectos, sus esfuerzos y algunos secretos.
De los que ponen su hombro para recoger mis lágrimas, leen mis palabras, están atentos a mis locuras, me recomiendan libros y películas, muestran caminos con toda la precaución de la que es un maestro y, también, me animan a escribir y a perseguir mis sueños.
No tengo fotos de fuegos artificiales, que es lo que me gustaría poner en este momento, pero bien vale ésta, de árboles iluminados, secretos escondidos tras sus copas, y sueños de verano.
Porque me alegro tanto de oírte así, de verte así, de saberte feliz. Porque te lo mereces... lo celebraremos con cerveza, Tattinger, visitas pendientes a exposiciones, libros, películas, conciertos, horas de teléfono, caminatas de 5 minutos o más (venga, que tú puedes), comidas en una terraza en La Latina, paseos con brújula y todo lo que nos guste.
Mil besos Nachito (pd. empiezo a estudiar para el examen)

La Naturaleza habla

"Produce una inmensa tristeza pensar que la naturaleza habla mientras el género humano no escucha"
Víctor Hugo


Y no voy a dar una charla sobre el agujero de la capa de ozono, la inconsciencia de no cuidar nuestra casa natural, el reciclaje, los incendios.... Si ya sabéis lo que opino.
Además, la naturaleza, nos recuerda lo importante que es el paso del tiempo: cómo se necesita tiempo para modificar el curso de los ríos o la forma de las montañas.
Y que por duro y rígido que nos parezca algo, no hay nada que ese mismo tiempo no pueda curvar, modelar, modificar, redibujar... La piedra más dura es un cúmulo de capas que el paso de los siglos es capaz de retorcer, trabajándola como barro maleable hasta transformar su aspecto por dentro y por fuera.

Sólo hay que pararse a escuchar lo que nos dicen, la Naturaleza y los demás, y tomarse el tiempo que haga falta para dejarlo entrar y que haga su trabajo en cada una de las múltiples capas.

Y, sí, la foto es un corte en la roca que me he encontrado en uno de mis últimos paseos por el campo, tratando de ver y escuchar... El tiempo ha hecho su trabajo, ha cambiado, borrado y alisado, pero no ha logrado borrar la memoria.

(Capas de piedra y pizarra en la base que sujeta las ruinas de un castillo templario, pero ésa es otra historia de mis historias)