domingo, 25 de noviembre de 2007

Las locuras...

"Las locuras que más se lamentan en la vida de un hombre son las que no se cometieron cuando se tuvo la oportunidad."

Helen Rowland

Me vuelve la eterna duda de si dejarme llevar por las ganas, por el corazón, de seguir mis impulsos... o de aplicar un poco de contención, de calma. De permitir que sea la razón quien tome las riendas.

¿Merece la pena arrepentirse de no haber hecho algo que nos moríamos por hacer?. ¿De no saber qué hubiera pasado si nos hubiésemos atrevido?. ¿Es mejor quedarse con la mitad antes que arriesgarse a perderlo todo?.
Permanecer en la orilla, disfrutando de las vistas, dejando que sólo nos mojen las olas que rompen a nuestros pies. O arriesgarse a perderse o ahogarse en mitad del océano?.
La vida es una duda continua, un sinfín de caminos que hay que ir escogiendo. Y mi eterna búsqueda de equilibrio me hace pensar, dudar y repensar tanto los pasos...

miércoles, 21 de noviembre de 2007

Gracias por alegrarme el día

Llevo dos días trabajando doce horas, con mucha presión, muchísima... Me he tenido que levantar a las seis de la mañana (con lo que odio madrugar!!!) y mañana y pasado van a ser más o menos igual. He sentido algún momento de pánico, de presión... Es lo que tienen algunos retos, que te dejas la vida.
Pero, a pesar de que se me caen los párpados y me pesan los dedos mil toneladas... estoy flotando. La llamada de un amigo que ha querido compartir conmigo una buena noticia me ha provocado un subidón, me ha recordado que algunas personas tienen que conseguir lo que se merecen, que las cosas pueden ir mejorando y que no hay nada mejor que tener a gente por la que preocuparte, con la que alegrarte y en la que confiar (y viceversa).
En estos momentos sólo puedo decir, yihaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!!!!!!!!!!!.
Aunque no vayas a ver esto, ni pueda decírtelo más de viva voz para no agobiarte, tengo que gritarlo:
Gracias por alegrarme el día.

martes, 20 de noviembre de 2007

Huellas

Hoy me han preguntado qué espero de la vida, para qué creo que estoy aquí. Ufffff, llevo tantos años dándole vueltas a lo mismo...
Espero no limitarme a dejar pasar el tiempo. Disfrutar con lo que hago pero también dejar alguna huella, alguna semilla. pero ¿cuál?. No sé si me bastará con un trabajo bien hecho.
En el fondo, creo que lo que quiero es dejar un recuerdo. Sí, aunque parezca estúpido, porque de las huellas que uno deja no puede disfrutar. Pero... soy así de...
El recuerdo de un párrafo grato para un lector (de un artículo, de un cuento o, puestos a soñar a lo grande, de un libro). Que unos ojos vuelvan a detenerse en mis palabras cuando el tiempo haya borrado mi nombre.
Pero, sobre todo, creo que lo que anhelo es dejar huella en los sentimientos, en las personas. Que pasen los meses y los años y que alguien sea capaz de esbozar una sonrisa al pensar en mí.
Hoy he pensado en la gente que recuerdo, en lo hermoso que es que cada día pueda haber alguien en alguna parte del mundo capaz de volver a oír su voz, de reír al recordar su risa, de rememorar momentos compartidos.
Pero también he pensado que no hay nada más triste que quedar en el olvido, que nadie piense más en uno. En la vacuidad que representa llegar al final y que ninguno vuelva pronunciar tu nombre, ni en voz alta ni en silencio.
Hoy he llorado por los que he olvidado. Y he recordado mi angustia de hace cuatro años, cuando lo que más me preocupaba era si alguien se acordaría de mí.
Sí, creo que lo que quiero es dejar huella, pero personal.

lunes, 5 de noviembre de 2007

Tan poco, tan lejos...


Lo que conoces
es tan poco
lo que conoces
de mí
lo que conoces
son mis nubes
son mis silencios
son mis gestos
lo que conoces
es la tristeza
de mi casa vista de afuera
son los postigos de mi tristeza
el llamador de mi tristeza.
Pero no sabes
nada
a lo sumo
piensas a veces
que es tan poco
lo que conozco
de ti
lo que conozco
o sea tus nubes
o tus silencios
o tus gestos
lo que conozco
es la tristeza
de tu casa vista de afuera
son los postigos
de tu tristeza
el llamador de tu tristeza.
Pero no llamas.
Pero no llamo.

Mario Benedetti

Aunque no es éste precisamente un momento de excesiva tristeza en mi vida... sí tengo cierto poso que se explica al reconocer toda la verdad de unos versos que tan bien nos muestran la distancia que nos separa de muchas personas. Cómo a pesar de miles de palabras, ni decimos, ni oímos, ni mostramos, ni vemos, todo lo que hay detrás del postigo. Y estamos tan lejos, y me conoces tan poco, y te conozco tan poco en el fondo y, lo que es peor... callamos y no nos atrevemos a asomarnos del todo para ver al que está en la otra orilla, tan cerca, tan lejos... Y eso deja un hueco en el alma.